Desperté en una bulliciosa esquina, las personas iban de un lado a otro despreocupadas, borrachas, alegres, drogadas, felices; decidi observar por un tiempo ese lugar, necesitaba saber que podía despertar en mi.
Días y noches pasaron, a mi lado se sento una persona, sentia su dolor, su angustia, su rabia, sus ganas de morir sin poder morir por miedo a la misma muerte; las personas nos dejaban comida, agua y dinero, yo solo las observaba.
Cierto día un joven se nos hacerca, nos mira con cariño, nos toma las manos y con un dolor en el corazon nos mira a los ojos y nos pregunta "se han enamorado alguna vez de una mujer?"
Sentí estallidos en la nuca, relampagos, rayos luces, destellos amarillos por doquier; senti que el tiempo se estaba desacelerando, la bulla de las personas giraba, mis mobimientos se tornaban mas lentos, sentia como mi columna se caía y mi energia interior, mi alto y mi bajo, mi arriba y mi abajo, todo mi ser se desmoronaba y quedaba solo una piel vacía. Me había convertido en serpiente.
Comencé a reptar por una rama, al despejarse el foliaje, vi una escena, era un salto en el tiempo, ya no estaba ahí, estava acá y ahí a la vez.
La ví.
Recordé.
La maté.
La dejé morir.
Se fué.
Entre mis brazos, ella al morir, me deja su piel de serpiente; el cielo se tiñe de púrpura y todos se incendian, nadie se mueve ni gritan, nadie huye, todos son corderos; miro desde el altar y veo como todos árden sin inmutarse.
Huyo montaña abajo, no dejo de correr. La ví. La maté. La dejé morir.
Qué tragedia, ella quería el poder, no yo.
Lloré.
Seguía estando ahí, pero ya estaba acá.
Volví.
Desperté en una bulliciosa esquina, las personas iban de un lado a otro despreocupadas, borrachas, alegres, drogadas, felices; decidi observar por un tiempo ese lugar, necesitaba saber que podía despertar en mi.
Días y noches pasaron, a mi lado se sento una persona, sentia su dolor, su angustia, su rabia, sus ganas de morir sin poder morir por miedo a la misma muerte; las personas nos dejaban comida, agua y dinero, yo solo las observaba.
Cierto día un joven se nos hacerca, nos mira con cariño, nos toma las manos y con un dolor en el corazon nos mira a los ojos y nos pregunta "se han enamorado alguna vez de una mujer?"
Sentí un alivio, me encontré a mi mismo tranquilo, alcé el cuerpo y ví mi reflejo en el vidrio, era yo, solo yó. me desnudé y quedé solo yo.
Al volver la mirada sobre el joven, veo que un perro se acerca a él.
¿lo conoces? le pregunto.
Si, al Virala cuando lo veo, le dejo comida; éste perro es viejo acá, éste perro es viejo, ha visto morir a todos los otros perros del barrio.
Entonces el joven se elevó a la noche y se transformó en estrella fugaz.
Al bajar la mirada, veo al chino del local adyacente con su raqueta de oro intentando matar las moscas de su local y reflexiono: ¿canto es mucho?, ¿cual es la medida justa?, ¿hay justicia en el amor?. Pienso en ésto mientras veo las moscas pasando entre las cuerdas de plata de la raqueta cada vez que el hombre les propina un golpe.
¿Que es justo?
Sigo mi camino desnudo.
martes, febrero 26, 2008
viernes, febrero 22, 2008
El Anillo
En el viejo puente sobre el rio, un viejo farol miraba todas las noches a la luna, ir y venir por la oscura cúpula del cielo. Una noche, la luna se percato de aquel farol que con tanto ahinco intentaba resaltaraumentando su brillo.
La luna pensó que a tal esfuerzo devía responder, pero no podía dejar su lugar en el cielo, fue así como colocó su reflejo sobre el río junto al reflejo del farol; la luna le pidio entonces al viento que soplara y que entonara una suave y calida melodía a la que se unieron en breve los árboles, fué entonces cuando las hojas decidieron bailar y se precipitaron al río para balar en el agua junto al farol y la luna.
Fué entonces cuando al puente llega una pareja de enamorados quienes, apoyados uno en el hombro del otro y ambos sobre el muro del puente, vieron aquella danza y no aguantaron las ganas de bailar junto a la luna, el farol y las hojas; felices y enamorados giraban sin cesar uno frente al otro riendo y mirandose, como si la vida no tubiera fin, como si ese momento fuera el único en sus vidas, como si ya no hubiera más, como si ya no se necesitara más, era todo y estaban en todo, estaban en si y para el otro.
La luna y el farol al verlos supieron que que nunca podrian estar juntos como aquellos enamorados, fua asi que el farol y la luna decidieron entregar a los enamorados una parte de ellos para poder estar juntos y disfrutar de esoos monetos sin tiempo.
El farol de su roido pilar desprendio dos trozos de metal que al caer, el suelo los convirtio en anillos; la luna brilló como más pudo sobre los anillos y su luz se impregnó en ellos haciendo que brillaran en la noche con la pureza del corazón.
Fué asi como estos enamorados encontraron estos anillos sobre el puente, los tomaron y se los ofrecieron uno al otro en señal de su amor.
Desde aquella noche, en aquel puente, una pareja de enamorados baila junto al viejo farol bajo la luz de la luna.
La luna pensó que a tal esfuerzo devía responder, pero no podía dejar su lugar en el cielo, fue así como colocó su reflejo sobre el río junto al reflejo del farol; la luna le pidio entonces al viento que soplara y que entonara una suave y calida melodía a la que se unieron en breve los árboles, fué entonces cuando las hojas decidieron bailar y se precipitaron al río para balar en el agua junto al farol y la luna.
Fué entonces cuando al puente llega una pareja de enamorados quienes, apoyados uno en el hombro del otro y ambos sobre el muro del puente, vieron aquella danza y no aguantaron las ganas de bailar junto a la luna, el farol y las hojas; felices y enamorados giraban sin cesar uno frente al otro riendo y mirandose, como si la vida no tubiera fin, como si ese momento fuera el único en sus vidas, como si ya no hubiera más, como si ya no se necesitara más, era todo y estaban en todo, estaban en si y para el otro.
La luna y el farol al verlos supieron que que nunca podrian estar juntos como aquellos enamorados, fua asi que el farol y la luna decidieron entregar a los enamorados una parte de ellos para poder estar juntos y disfrutar de esoos monetos sin tiempo.
El farol de su roido pilar desprendio dos trozos de metal que al caer, el suelo los convirtio en anillos; la luna brilló como más pudo sobre los anillos y su luz se impregnó en ellos haciendo que brillaran en la noche con la pureza del corazón.
Fué asi como estos enamorados encontraron estos anillos sobre el puente, los tomaron y se los ofrecieron uno al otro en señal de su amor.
Desde aquella noche, en aquel puente, una pareja de enamorados baila junto al viejo farol bajo la luz de la luna.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)