ahi estaba el anciano junto al sauce mirando como corria el pequeño estero, junto a él, su nieto mas pequeño, el lo abraza cariñosamente y le dice:
-¿qué ves nieto mio cuando vez el estero correr?-
a lo que el pequeño niño contesta:
-un hilo de agua transparente ir de la montaña al mar-
-¿como sabes que el estero va al mar?
-solo lo se abuelo-, le dice el niño, a lo que el anciano le pregunta nuevamente:
-¿y que mas ves?-
-veo como las suaves ramas se doblan y siguen la corriente sin oponer resistencia y como las grandes piedras, luego de mucho luchar por quedarse en su lugar, finalmente se mueven con debil pero constante corriente del agua, veo vida junto al estero, como algunos insectos van y vienen con la corriente, como algunos se van y se pierden, como algunos se hunden y vuelven a aparecer-
dicho ésto, el anciano le da un fuerte abrazo al niño y lo sienta entre sus piernas, lo acaricia y le dice:
-pues bien pequeño nieto, has comprndido la vida toda, cada vida es un pequeño estero que corre suavemente, sabes bien de donde viene, e intuyes donde va a terminar, sin ver donde lo hace, hay personas que son como las suaves ramas que estan contigo en tu recorrido y otras tercas como las piedras, que luego de mucho luchar por detenerte, no pueden y ceden, otras son como esos insectos que van y vienen, que aparecen y desaparecen, pero solo se aprovechan de la vida que tu agua dá, sin embargo, el estero sigue, no se detiene por ninguno de ellos; en su viaje, deja vida, recuerdos y la alegria de la vida misma con su presencia; asi como el estero siente que tiene que llegar al mar, tu tienes que hacer lo que sientes porque inevitablemente llegaras a buen fin, habran rocas en el recorrido, pero tambien te acompañaran las suaves ramas; en la vida, tu elijes ser la roca o la tierna rama, tu elijes, ir contra la corriente vital o fluir con ella hacia la plenitud; cada vez que veas un estero fluir, piensa en tu vida, sie res la roca que se niega a seguir, o la rama, que se ondea suavemente con la corriente.-
