Esa noche me dormi en la escalera del templo, mientras me dormia, senti un agradable olor a rosas, ¿presagio talvez?, no se, solo recuerdo el sueño.
Caminabamos por una de las colinas de la ciudad, miraba a mi alrededor y no podia creer tal esplendor y magnitud, era lo mas grande y magestuoso.
Frente a nosotros, un edificio gigante y macizo, tres grandes bloques hacia arriba, lo adornaban pilares en todo su contorno, su color cambiaba con la luz, de un azul de media tarde a un dorado miel, quisimos entrar pero no vimos puerta alguna, nos acercamos a la estructura y descubrimos que era un monumento, que majestuoso monumento, a veces brillaba como el sol, otras se fundía con el claro cielo.
Quisimos rodearlo para verlo en toda su magnitud y decendimos por un costado de la colina hasta un gigantesco parque acuatico vacio, entramos y nos sumergimos hasta las rodillas, caminamos por la piscinahasta donde no pudimos más, llegamos a una pared azul donde había una ventana enrejada y pense, -No podemos pasar por acá-, fue en ese momento cuando volteamos y alzamos la cabeza, ahí estaba, estático, solido, solo el tornazol de daba aquel majestuoso mobimiento, las aves que volaban a su alrededor parecian atravezarlo, en ese momento pensé, -verlo ya es un sueño, no puede haber mejor sueño que éste-, nos quedamos en la piscina observando tal majestuocidad.
Y desperté.
Sentia el calor en mi cuerpo y la frescura en mis piernas, no necesito flotar pues mis pies estan frescos, me debo devolver por el agua y encontrar la entrada, tengo que subir nuevamente la colina y sentir el olor a rosas.
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